Hubo una vez, en un país muy lejano, una hermosa doncella bendecida por las hadas. Aunque ella no lo sabía, era la única hija de los reyes del país. Aurora era una joven bondadosa y trabajadora, que con su bella voz alegraba a todos los animales del bosque. 

 

 
     Pero, si era hija de reyes ¿Por qué vivía tan alejada de sus padres?, os preguntaréis. 
 

     La niña fue maldecida por Maléfica, con el sueño eterno. Para ello, el día que cumpliera 16 años se pincharía con una rueca. 
 

     Sus padres, temerosos de que esto pudiera llegar a ocurrir, la alejaron de su lado, y la mandaron a vivir con las bondadosas hadas Flora, Fauna y Primavera, y mandaron destruir todas las ruecas...
 

     Más o menos así empieza esta bonita historia de amor.

     Aunque ahora es uno de los más nombrados y valorados clásicos de Disney, tras su estreno en 1959 la película recaudó sólo la mitad de lo que se había invertido en realizarla (fueron casi 10 años de duro trabajo).  Esto llevó a la compañía a la bancarrota.
     Es el último cuendo de hadas que creó Walt Disney personalmente antes de su muerte. También fue el último en ser entintado a mano.   

 

Aquí podéis ver la película: